Del asombroso encanto de Amparo Grisales

Del asombroso encanto de Amparo Grisales

Amparo Grisales se ha pasado la vida siendo observada por hombres soñadores y mujeres celosas. Y aunque se podría pensar que sobre ella se ha dicho todo, hay seres de quienes se puede escribir una eternidad y nunca es suficiente. Ella es una de ellos: una flor que no se deja marchitar y que con el carácter de una amazona levanta los odios más descarnados y los deseos más oscuros. Ella es un símbolo sexual para todas las generaciones. No hay hombre que pueda decir que no la ha deseado por lo menos una vez, y eso Amparo lo tiene claro. Ella es como un ente mítico: una bella medusa que a todo el que mira lo convierte en piedra.
Ahora, recibe al periodista en su apartamento ubicado al norte de la ciudad, y su certeza de mujer poderosa hace que desde el primer momento mantenga el control. Sin lugar a dudas sabe cómo tratar a un hombre.
Su apartamento es un reflejo de lo que ella es. Muy glamuroso y adornado con varias obras de arte, se destacan dos pinturas realizadas por el maestro Tessarolo en las que el pintor supo plasmar toda la sensualidad y fuerza de Amparo Grisales. Y es precisamente en este punto en el que se comprende que la artista colombiana se ha propuesto convertirse en una encantadora obra maestra.
Por estos días está representando el papel de ama de casa en la obra de teatro ‘No seré feliz pero tengo marido’, una puesta en escena en la que se pone de manifiesto lo aburrido y frustrante en que se puede convertir un matrimonio. EL PERIÓDICO conversó con la diva más importante de Colombia acerca de la obra y de su vida.

¿‘No seré feliz pero tengo marido’ no es más una tragedia que una comedia?
Creo que no hay que analizarla así, simplemente es una obra de teatro y a veces el ser humano tiene que reírse un poco de la tragedia. En este caso estamos hablando de la relación de la pareja y nos burlamos de la cotidianidad y de las cosas patéticas. La gran mayoría de las personas se identifican con esta historia, tanto hombres como mujeres.
Pienso que ‘No seré feliz pero tengo marido’ es una comedia picaresca en la que el personaje, Viviana, hace que nos riamos de nosotros mismos al ver cómo somos de patéticos, predecibles y repetitivos.
Quizá la vertiente más complicada dentro del teatro es la del monólogo. ¿Cómo fue esa experiencia de empezar a ponerle a los huesos de Viviana músculos y piel hasta darle vida?
El teatro es un reto para cualquier actor porque lo hace enfrentar muchos miedos. En el escenario la gente está enfrente y no hay manera para una segunda toma, así que el lenguaje que se maneja es muy complicado.
De hecho, yo conozco los lenguajes del cine, televisión y teatro y, definitivamente, el más complicado es este último porque todo depende de la relación que se forma entre los actores y su público. Así que la experiencia ha sido muy enriquecedora porque en este caso estoy sola en el escenario durante una hora y media. Y la dificultad aumenta y hace que haya que mantener el ritmo de acuerdo a como va evolucionando la obra.
Definitivamente estar sola es duro, además hay que tener un gran estado físico, control de la voz y el carácter suficiente. Este es un reto muy grande y no todos se le miden. Por otro lado, tuve la suerte de encontrarme con una historia muy interesante y bien realizada.

¿Usted le puso cara a ese marido al que le habla su personaje, se parece a alguien que haya conocido alguna vez?
Es una idea abstracta de muchos maridos que conozco. Es el rostro de un hombre que vive una historia tan real que podría ser la de cualquier persona.
¿La obra invita a la gente a que no se case?
La verdad yo creo que la escritora, cuando se separó, se quiso vengar un poco del marido y escribió esta historia.
Lo cierto es que a muchos hombres no les ha caído muy bien porque se sienten muy tocados y lo toman muy a pecho y se molestan, les veo la cara de enojados, pero cuando sale el baile burlesque se mejoran.

Viviana se venga de su marido al escribir la historia ¿No se venga Amparo de alguien durante las funciones?
No, yo jamás estuve casada durante tanto tiempo. En la obra se plantea la relación de una pareja normal, yo nunca he sido ese tipo de pareja porque mis relaciones siempre han tenido un poco de magia y creatividad. Sinceramente mis relaciones se han acabado por mi trabajo y no por olvido o desenfado o indiferencia. Entonces se enamoran de mí por mi trabajo y luego quieren que lo deje.

¿Amparo Grisales se considera una diva?
Me considero una persona normal. Lo de diva se lo inventó la gente. Esas son marcas que le ponen a las personas, pero si me lo he ganado lo he hecho con mucho tiempo de trabajo y dedicación, aunque creo que este término se lo inventó el mundo del espectáculo para calificar a ciertas personas que sobresalen y que le entregan muchas cosas a la gente.

¿Se siente orgullosa por mantenerse tan bien conservada?
Me siento orgullosa porque detrás de mi figura hay mucho trabajo y esfuerzo. Cuando la gente quiere grandes cosas, necesariamente tiene que tener disciplina porque los logros no vienen de un día para otro. Hay un eslogan de una cerveza que dice que ‘las mejores cosas de la vida toman tiempo’, yo creo que esa soy yo.

¿A la par que cuida su cuerpo también se preocupa por su espiritualidad?
Mi luz brilla más por este aspecto que por el físico. Tengo una gran conexión con Dios, no de una manera fanática, ni en sectas, ni en religiones raras, simplemente sé meditar, canalizar con los ángeles y arcángeles. En mi vida hay mucha luz.

¿Cuál fue su reacción cuando fue excomulgada por su papel de Inés de Hinojosa?
No me importó. Hay tanta inmoralidad e hipocresía en cierta gente que la verdad me tiene sin cuidado lo que hagan. El cristo que está dentro de uno es el único que puede juzgar. No le doy trascendencia a este tipo de cosas porque no tienen ningún tipo de validez.

¿Qué actriz joven de Colombia tiene el talento para perdurar por varios años?
Sería una mentirosa si opinara porque no les sigo sus carreras. Hay muchas que ni siquiera distingo. Y, la verdad, ninguna me ha puesto la ‘piel de gallina’ al verla actuar.

Hay cosas con las que no se jode


Hay cosas con las que no se jode, señorita. Algunas otras son aceptables: que me pegues una bofetada, que no me determines, que no me leas; eso, al fin de cuentas no interesa. Que detestes a Yidis, que no toleres a Petro o no te mames los concejos comunitarios; eso, tampoco es para tanto. Pero hay cosas con las que no se jode, esas que deberían dar cárcel, cadena perpetua o en últimas un encierro permanente al lado de miles de paparazzis. Porque no es justo que tú, la reina del movimiento de cadera, la barranquillera estrella, la amiga de Gabo, seas tan negligente como para salir a decir, ante el mundo, que cantabas por la paz y a la vez le dabas un empujoncito a Míster Uribe. No lo niegues Shakira, tú dijiste que “nuestro presidente tenía los pantalones bien puestos”, Claro, yo sé, entiendo, la Operación Jaque fue un exitazo y necesitabas vender algunos disquitos aquí, en tu patria enferma, y también en la estilizada Francia. Pero esto fue una ofensa irremediable.

Nada te da derecho a hacer proselitismo a costa de nuestra gente. Claro, entiendo que a Juanes le ha ido de maravilla, sí, el ‘moja’ más prensa que tú, pero es que nuestro amado paisa tiene carisma, ese don del cual tu careces mi queridísima amiga. Sigue en lo tuyo, en lo de mover las caderas a lo hinduista, islamista, católica o al ritmo que quieras. En serio, sigue así y verás que te va muy bien. Pero por favor no te las des de buena samaritana, no te creemos, en serio, pocos confían en tu buena fe americanizada.

Es que lo recuerdo y me da ira. Sí, es un pecado capital, pero me da, tanta como cuando vi a Yidis semi empelota. Tú estabas toda roja por el calor de Leticia -que nunca será como el de Miami ni el de una cámara de bronceo- y al lado tuyo Míster Uribe, y al lado de él sus ministros, que son más bien viceministros, y entonces tu alabaste la seguridad democrática y dijiste que había que apoyar al ‘Rey de Reyes’ porque él sí tenía los pantalones bien puestos.

¡Ay! como me dolió escucharte. Te tiraste la marcha que era por la paz y la libertad, pero tú no habías visto noticias y creíste que era por la re-reelección. Te lo digo en serio, la embarraste cuadro. Y es por eso que tengo la esperanza de que puedas leer este crítico texto epistolar para que sepas lo que pienso. No, no me mal entiendas, tú sí me gustas, me siento bien cuando te veo en la tele y bailas y meneas la cintura y balanceas los pechos: eso es lo máximo, en serio que sí.

Pero mi venganza consistirá en que la próxima vez que saques álbum, no lo compraré... lo bajaré de Internet, para que sientas lo que es bueno. Te tiraste la marcha por la libertad y la paz, ahora yo te condeno a vivir sin mi cariño.

El absurdo caso del Goya robado

La capital está decepcionada. Lo que comenzó como una importante iniciativa por parte de una de las instituciones culturales del distrito, terminó de manera angustiante luego de que uno de los grabados de Francisco Goya, que hacen parte de la exposición Los desastres de la guerra, fuera hurtado el jueves, en horas de la noche.

“Por favor, devuélvanlo, esto es una pena muy grande para Bogotá”. Estas fueron las palabras emitidas por Ana María Alzate, directora de la Fundación, cuando se refirió angustiada al robo de ‘Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer’, obra que formaba parte de las 80 de formato pequeño de 17,8 por 22 centímetros que actualmente están expuestas al público de la capital.

Hasta el momento no se sabe mayor cosa sobre lo sucedido. Fuentes de la Policía Metropolitana aseguraron que están trabajando en la investigación, pero dejaron claro que no darán ningún tipo de declaración por cuanto eso le corresponde a la Superintendencia de vigilancia y seguridad privada.

La versión que la directora de la Fundación Alzate Avendaño dio a EL PERIÓDICO es que el grabado robado se encontraba en la sala donde estaba expuesto antes del cierre cotidiano de la exposición. “El ingreso al público se terminó a las seis de la tarde. A esa hora la muestra estaba en su sitio, pero en la ronda de seguridad de las 7:30 p.m., el vigilante se percató de la ausencia del la obra”, aseguró Ana María Alzate.


Un destino aciago


Fuendetodos es la población española en la que nació el genial Francisco de Goya. Este lugar tiene el reducidísimo número de habitantes de 160. Son 160 personas las que viven en este territorio en torno a la obra de su habitante más ilustre. En Fuendetodos hay un museo dentro del cual se muestra la obra de este artista ibérico, quien cambió la historia del arte.

Goya podría ser considerado como el primer reportero grafico de la historia y, además, fue un hombre que supo adelantarse a su época. En este sentido, Alfonso Cabello, curador de la muestra, aseguró a EL PERIÓDICO que “a lo largo de la serie de Los desastres de la guerra él plasma los hechos que acontecían de una manera literal. Las imágenes son lo suficientemente expresivas: violaciones, mutilaciones, bombardeos, muertos en masa, fosas comunes, todo esto que luego ha realizado el reportero gráfico que ha tenido la posibilidad de plasmarlo por medio de un cámara fotográfica, Goya lo hizo.

Por lo anterior, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y la empresa Old Masters Art Brokers, se encargaron de traer a Bogotá la importante serie de grabados ‘Los desastres de la guerra’, la cual retrata los horrores de los conflictos armados a través de un arte renovador e independiente que en el siglo XIX era poco común.

Cada grabado de estos ha sido el resultado de la reproducción de unas planchas originales hechas por Goya. Éstas, datan de entre 1810 y 1814 y se encuentran en la Academia de San Fernando, en Madrid, y de ellas se han hecho varias ediciones. La que está colgada en la Alzate Avendaño es la primera impresión oficial, la cual fue hecha en 1863.

El robo de ‘Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer’ traza un panorama bastante oscuro para el movimiento cultural nacional. El hecho de que una pieza tan valiosa como esta haya sido hurtada resquebraja los planes de traer, en el futuro, muestras de esta envergadura. Para Jorge Jaramillo, gerente de Artes Plásticas de la Alzate Avendaño, “esta pérdida es muy preocupante, ya que más que su valor comercial, esta pieza hace parte del patrimonio cultural de la humanidad. Éste es, sin duda, uno de los manifiestos artísticos más importantes de los que abordan la guerra como tema central. Quizá estas series estén a la altura del Guernica de Pablo Picasso”.


Y el Goya... desapareció

A las 7:30 de la noche del jueves, uno de los vigilantes se percató de la desaparición de la obra. Por cuestiones de discreción, la noticia no se dio a conocer hasta las primeras horas de la mañana de ayer. La Fundación se encargó de dar aviso a la Policía y a su vez se comunicó con el alcalde de Fuendetodos, Joaquín Gimeno Salueña, quien se mostró bastante preocupado por la mala noticia y aseguró que confiaba en que las autoridades se encargarán del asunto.

El vocero del General Rodolfo Palomino, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que esta institución no hará ningún tipo de declaración acerca del crimen porque eso le corresponde a la Superintendencia de vigilancia y seguridad privada, ya que son ellos quienes deben preocuparse por dar a conocer en qué van las investigaciones del caso. Pero para Alejandra Moreno, Jefe de comunicaciones de la Superintendencia, la Policía es la que se debe poner al frente de la situación y aclarar a la opinión pública los acontecimientos.

Lo cierto es que este tipo de hechos minan la confianza de la comunidad internacional y evitan nuevas posibilidades para que grandes proyectos artísticos tengan en cuenta a nuestro país. Ante esto se puede determinar que la Policía Metropolitana parece no estar dispuesta a aclarar este amargo acontecimiento ante la opinión pública y que la Fundación Gilberto Alzate Avendaño se defiende asegurando que la empresa de vigilancia privada con la que cuenta realizó bien su trabajo.

Mientras tanto, el grabado ‘Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer’ continúa desaparecido y lo único que resta es acudir a la ciudadanía para que denuncie ante las autoridades pertinentes en caso de que se tengan noticias de la invaluable pieza artística.

Cara y sello


Conversaciones con los Amaral

Olga y Jim Amaral se han hecho a un nombre internacional gracias a su arte. Ellos, casados hace 52 años, son una pareja que comparte su pasión por la estética y, como artistas, se preocupan por mantener su independencia creativa. Tal vez por eso tuvieron que pasar 25 años para que decidieran exponer parte de la obra de cada uno en un mismo lugar. Y esta excepción, aseguran, la hicieron porque “ya estamos añejos y es un buen momento para todo”.

El escenario para esta exposición es Galería La Cometa, un lugar bastante adecuado en el que la obra de ambos logra una armonía propia. Y es precisamente en este lugar donde la pareja recibe al periodista para dialogar acerca de la obra de cada uno y de lo que significa exponer juntos después de tanto tiempo.

“No nos consideramos una pareja de artistas casados. somos dos personas que han vivido toda la vida juntos, pero que han sabido diferenciar la vida familiar y la profesional”, asegura Olga, mientras camina por las instalaciones de la galería y observa de modo inquisidor la ubicación de sus luminosos telares y las corroídas esculturas de su esposo.

Ambos tienen ya cabello como de plata y parecen estar más allá del bien y el mal. Caminan la galería. Jim revisa la obra de Olga y ella hace lo suyo. Y si alguien se atreve a siquiera insinuar que sus obras son dependientes entre sí, ellos salen a la defensiva para hacer caer en la cuenta que no es cierto, que se han cuidado para evitar esto y que toda una vida de esposos no significa toda una vida de artistas subordinados entre sí.


Las texturas de Olga

La última vez que Olga Amaral expuso en Colombia fue hace diez años en la Galería Diners, hoy Casas Riegner. Esta paisa ha presentado sus obras en las principales ciudades de Europa con muy buena aceptación. Su tapicería aborda la luz y la oscuridad en una dinámica en la que el oro muestra su maravillosa fuerza ancestral. Ella se mantiene en lo suyo, que son los tejidos, para abarcar toda una inclinación estética en la que los tapices dorados y plateados aluden a la raíces, a lo memorial y a lo natural.

Las Obras de Olga de Amaral están presentes en el Museo Metropolitano de Nueva York (MOMA), el Museo de Arte Moderno de París, el Museo Nacional de Arte Moderno de Kioto, en Japón, y la Biblioteca Luis Ángel Arango y el Museo de Arte Moderno (MAM), en Colombia. El artista Alex Mac Kenzie aseguró que “Olga de Amaral es sin duda una de las artistas más importantes del arte colombiano. Dentro del arte textil es lo que el maestro Fernando Botero en la pintura o el escritor Gabriel García Márquez en la literatura”.

Para esta muestra de La Cometa, la artista presentará una serie de piedras en bronce y doradas y algunos telares que brillan por cuenta propia.


El mitológico Jim


En la obra de Jim son recurrentes las figuras enigmáticas -semihumanas-, entes gigantescos que parecen llevar una gran verdad, pero que al final enfrentan al espectador a sí mismo en un acto juguetón e irónico que lo arrolla y enfrenta a un espectro real de nuevas formas estéticas.

Las figuras del artista se agitan de manera pendular entre lo irracional y lo racional dejando un halo crítico que indica el hombre es uno y todos. Es por eso que su personas nos hacen ver como unos bárbaros, quienes, simplemente, tienen nuevos juguetes tecnológicos, pero en lo esencial siguen siendo los mismos de hace siglos, hombres básicos que desaprovechan su cualidad de razonar y se dejan llevar por vanas emociones.


El banquete

Strata y Meridianos será el gran banquete del cual podrán disfrutar los amantes del arte. Sus obras los muestra en perspectiva y, aunque las técnicas de cada uno son completamente distintas y su diferencia estética es radicalmente opuesta hay más de un punto en el todo se hace común y entonces el espectador podrá percibir una singular poética que abordará la obra de Olga y de Jim.

Botero y su retrato fílmico

Diálogo con el maestro

El Festival de Cine de Bogotá comienza hoy con pasos de gigante. Para la ceremonia de inauguración de esta versión número 25 se exhibirá la película Botero, nacido en Medellín del director alemán Peter Shamoni.

Este documental recorre la vida del artista colombiano, quien al filo de los 75 años es una de las figuras más representativas de las artes latinoamericanas.

Las obras de Botero se venden en millones de dólares. Pero para que esto llegara a ser así, ocurrieron acontecimientos que influyeron de manera determinante en su obra. Botero, nacido en Medellín es un retrato de un hombre que disfruta de una vida plena y productiva, que tiene prisa, vive intensamente cada minuto, a pesar de los millones en el banco, jets privados y casas en Monte Carlo, París y Manhattan, y que anhela ser aceptado en el panteón de los grandes pintores.

EL PERIÓDICO conversó con Fernando Botero sobre su impresión del resultado final del documental dirigido por Schamoni. “Este film no es de promoción turística. Muestra la verdadera cara del Medellín de los años ochenta, que desgraciadamente es el que se conoce más, aún a través de películas como Rosario Tijeras o María, llena eres de gracia”, afirmó el artista.

El director alemán recorre junto a Botero los espacios en los que ha dejado huella, escenarios de sus monumentales esculturas: Berlín, Madrid, Nueva York, Florencia, Pietrasanta, París, Medellín y Bogotá. Las imágenes se hacen contundentes en un hilo visual lleno de naturalidad y es evidente la relación entre ambos artistas. Sobre esto el colombiano confesó tener afinidad con Schamoni: “Yo conocía sus películas antes de conocerlo y me habían interesado. Cuando me propuso este film acepté encantado. El problema es que estos proyectos toman bastante tiempo”.

La cinta se detiene en la serie de cuadros sobre la cárcel de Abu Ghraib y las torturas de soldados estadounidenses a iraquíes. Este ha sido un tema que le ha interesado mucho a Botero, razón por la cual ha realizado cerca de ochenta cuadros en los que se muestra el crimen de guerra ocurrido en 2003. Al preguntársele sobre cuál cree que fue el motivo principal por el cual Schamoni puso tanto interés en su reciente serie, el colombiano aseguró: “quizás fue porque mi serie de Abu Ghraib conserva hoy gran actualidad y también por la resonancia mundial que tuvieron estas obras”.

Botero, nacido en Medellín se estrenó en el pasado Festival de Cine de Munich y obtuvo muy buenos comentarios. Ahora llega a la capital para mostrar dos lados opuestos de Colombia: la creación y la destrucción. En conversación con EL PERIÓDICO, Botero confesó estar muy contento con el resultado final del documental. “Es la obra de un verdadero profesional. Me gustó que hubiera mostrado muchas de mis obras”.

Este reconocimiento, que se suma a los ya muchos que ha recibido el colombiano, se proyectará esta noche en el teatro México y se proyectará en algunos de los escenarios dispuestos para el público que desee disfrutar del XXV Festival de cine de Bogotá, el cual se llevará a cabo hasta el próximo 9 de octubre.

Mientras tanto, Fernando Botero continúa en su taller preparando la que será su nueva serie. El artista le confirmó a este Diario que se ha desligado del tema de la violencia y ahora se dedica a reprensar el circo. “Estoy trabajando en un tema opuesto a la violencia. el circo. Un tema tratado por muchos artistas como Seurat, Lautrec , Picasso, Leger, Chagall, Calder y otros más. Cada uno hace su circo de acuerdo a sus convicciones artísticas, por eso resulta siempre diferente. Es por eso que el arte es hacer la misma cosa pero en forma diversa”.